Este poema es de Pepita Pedreño y está dedicado a Mariano Manglada, cuando se inaguraron unas jornadas en su librería "Espartaco" de la calle Serreta a cargo de Mercedes Trujillo.
Hoy, no quiere estar ausente
su fuerza y vitalidad
se nota que está presente
su enorme animosidad
su cultura, su afecto, su gran ternura
él siempre nos regaló
fue él buen amigo y gran hombre
que nunca nos defraudó.
Bonachón e inteligente
comedido, muy prudente
en materias doctorado
trabajador competente
del saber, enamorado.
Su trato, ameno agradable
educado y cariñoso
fue un hombre muy dondadoso
dulce, correcto, intachable.
Me acojo a su testamento
de paz y sabiduría
siempre, y en todo momento
por su gran categoría.
Cartagena, a 26 de Junio de 1998
LA ALDEA
domingo, 30 de mayo de 2010
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