martes, 25 de mayo de 2010

La aldea

Después de tantos años de haber concebido mí aldea, de lo anteriormente escrito, ni pongo ni quito una coma, pero, sí estoy en mí derecho, en mí deber y obligación, dejar bien claro, que, después de leerlo y releerlo, he llegado a la triste conclusión, que no hay nada más terrible e infrahumano que sentirse extranjero y excluido en el própio país de origen. un reconocimiento y todo mi humilde apoyo a todos aquellos desposeidos, que por un motivo u otro, se han visto obligados a abandonar su tierra y salir en busca de un lugar "aparentemente" más seguro para poder gritar ¡ soy un ser humano!.

La autora

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